Tras el fallecimiento de su madre, sus dos hijos mantienen una disputa acerca de la validez del testamento otorgado por la causante. La causante había otorgado diversos testamentos, siendo el último de ellos perjudicial para los intereses sucesorios de su hijo. El hijo pretende la nulidad del testamento por estar su consentimiento viciado, mientras que la hija defiende la plena capacidad de su madre a la hora de realizar el testamento otorgado en su día.

El objetivo de la parte actora es conseguir la nulidad del último testamento otorgado por su madre, por supuestos vivios de consentimiento así como una incapacidad derivada de las diversas patologías que sufría su madre.

La estrategía de la parte actora consiste en mostrar que su madre se vio influenciada por los intereses de su hija a la hora de otorgar el testamento, en lugar de los suyos propios, ello derivado del control que ésta ejercía sobre la causante y de las diversas patologías que sufría y que mermaban su capacidad para otorgarlo. Pretende que se vuelva no al último testamento anterior a la solicitada nulidad, si no al anterior a éste, más afín a sus intereses y cuando aún la causante estaba plenamente capacitada para otorgar testamento.