La pareja comenzó a convivir en 2016, constituyéndose como pareja estable según el artículo 234-1 del Código Civil de Cataluña. Tienen un hijo, nacido en 2016. La relación finalizó en enero de 2019, aunque la convivencia se mantuvo hasta junio de ese mismo año. Después de la separación, acordaron verbalmente un régimen de visitas para el hijo en común, que no se cumplió consistentemente debido a problemas con la madre. La madre, ha mostrado inestabilidad psíquica y ha sido diagnosticada con depresión y ansiedad. Ha tenido múltiples hospitalizaciones y toma medicación para sus problemas de salud mental. Tras la separación, su situación empeoró, incluyendo abuso de sustancias cuando no estaba al cuidado del menor. Debido a la relación de la mujer con su nueva pareja, quien tiene antecedentes legales, y por conductas inadecuadas en el entorno familiar, los servicios sociales abrieron un expediente de protección en junio de 2021. La situación del menor se deterioró, mostrando signos de fatiga y desorientación tras las visitas con su madre. En agosto de 2021, el padre, sospechó que la madre había suministrado medicamentos al niño, lo que fue confirmado por un análisis de orina positivo en barbitúricos. Este incidente motivó una denuncia ante los Mossos d’Esquadra el 1 de septiembre de 2021. Como resultado de la denuncia, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción otorgó la custodia provisional del menor al padre, con un régimen de visitas supervisadas para la madre en un punto de encuentro. Se solicita que la custodia del hijo sea asignada al padre, con patria potestad compartida, pero otorgando la responsabilidad parental exclusiva al padre debido a los problemas de inestabilidad de la madre.

El objetivo del cliente es obtener la custodia exclusiva del menor, asignando la guarda al padre, debido a la inestabilidad psíquica y conductas perjudiciales de la madre. Además, busca que, aunque la patria potestad sea compartida, se declare el ejercicio unilateral de dicha responsabilidad parental a favor del padre, dado que la madre no está en condiciones de garantizar el bienestar del menor. También se pretende que se establezcan medidas definitivas que regulen la ruptura de la pareja estable, especialmente en lo relativo al cuidado y protección del hijo común.

La estrategia del abogado es construir un caso sólido que evidencie la inestabilidad y riesgo que representa la madre para el menor, apoyándose en pruebas médicas, testimonios, intervenciones de servicios sociales y procedimientos legales ya obtenidos, para asegurar que la custodia sea otorgada al padre de forma definitiva y exclusiva.