Entre las partes se suscribió un contrato de crédito revolving en octubre de 2019 por una cuantía principal de 2650€, aunque la solicitud era de 3000€, del cual no tenía conocimiento, ni se le proporcionó información sobre la amortización del mismo y de las consecuencias de las cláusulas establecidas en el contrato. Por ello, la actora instó la acción de nulidad contractual de las condiciones generales.

El objetivo del cliente va encaminado a conseguir que se declare la nulidad radical del contrato, en consecuencia de lo cual, la demandante solo tenga que devolver el capital prestado, sin inclusión de los intereses, con el derecho a que se le reintegre las cantidades cobradas por la demandada en exceso.

La estrategia del abogado de la parte actora va encaminada a demostrar que el tipo de intereses aplicado en el contrato es propio de la usura, así como que se ha producido un incumplimiento en cuanto a las obligaciones de información de la demandada y de la transparencia de las condiciones generales preestablecidas.