El día 18 de julio de 2014 sobre las 22 horas, José, Alberto y Manuel, se desplazaron en un vehículo conducido por Manuel a un local donde iba a celebrarse un concierto al que asistiría Esteban.

Al llegar al lugar, descubrieron que el concierto era otro día. En una terraza cercana, se encontraba Julián, Antonio y Pedro tomando una copa, y creen reconocer a Esteban ya que Julián tenía un  parecido físico a éste. Así, mientras José quedó esperando en el vehículo, Manuel cogió una mochila que llevaba en el maletero, y junto con Alberto se acercaron a Julián y sus amigos, quedándose Alberto atrás con la mochila, mientras, Manuel, con un vaso que cogió de la mochila, se dirigió a Julián y le tiró el líquido que contenía el vaso a la cara, salpicando a sus dos acompañantes.

El contenido del vaso era ácido sulfúrico y había sido preparado por Manuel con el objeto de menoscabar la integridad física de Esteban.

Dicho cometido le fue encargado a Manuel por Marta, una amiga de éste que le contó que había sido violada por Esteban y que la policía no hizo, por lo que le pidió que realice los hechos mediante el pago de un precio.

El motivo real por el cual Marta realizó dicho encargo, era que estaba enamorada de Ana, sentimiento no correspondido por ésta, quien a su vez era muy amiga de Esteban, con quien hacía tiempo había mantenido relaciones sentimentales, lo que no era del agrado de Marta, que pagó 2.000 euros a Manuel para que diera un escarmiento, facilitándole una foto de Esteban, así como su lugar de trabajo y los datos del concierto.

Manuel, a la vez, solicita ayuda a dos amigos, José y Alberto que recibieron parte del dinero pagado por Marta.

Como consecuencia de estos hechos, Antonio sufrió lesiones consistentes en quemadura caústica de primer grado en el dorso del pie izquierdo, para cuya curación se hizo necesaria una primera asistencia médica, tratamiento médico y numerosas curas, tardando en recuperarse de las mismas 7 días impeditivos, quedando como secuela un área rosácea de 1 cm de diámetro en el dorso del pie izquierdo.

Por su parte, Pedro sufrió lesiones consistentes en quemadura caústica de tercer grado en antebrazos y pierna izquierda, para cuya curación se hizo necesaria una primera asistencia médica, tratamiento médico y curas personal especializado, siendo ingresado en la unidad de quemados, tardando un total de 31 días impeditivos en curar de las lesiones ocasionadas, quedando como secuelas cicatrices hiperpigmentadas de 2,3 cm en flexura de codo izquierdo, 1,9 cm en muñeca derecha, tres salpicaduras puntiformes y una cicatriz de 3,2 x 0,9 cm en antepie izquierdo, con un perjuicio estético ligero.

Julián sufrió lesiones consistentes en quemadura química facial, perforación ocular izquierda, causticación corneal de grado IV, quemaduras de tercer grado en cara, manos y miembro superior izquierdo, para cuya recuperación fue necesaria exploración y valoración por la unidad de quemados y por especialistas en oftalmología quedando hospitalizado y realizándose traqueotomía percutánea por edema facial; requiriendo sedoanalgesia, monitorización hemodinámica invasiva, hidroterapia y curas oclusivas, requiriendo tratamiento psicoterápico por síndrome de stress postraumático, con controles analíticos evolutivos. Mantiene tratamiento farmacológico con analgesia y tardó un total de 166 días en recuperarse de estas lesiones, todo ellos impeditivos. Como consecuencia de las lesiones padecidas a le han quedado secuelas consistentes en ablación del globo ocular que incluye su pérdida total de visión, pérdida de visión del ojo derecho combinada con la pérdida total del ojo izquierdo, transformación persistente de la personalidad, así como cicatrices faciales que le obligan a llevar máscara facial, cara lateral izquierda del cuello, miembro superior izquierdo y ambas manos con amplias zonas retráctiles, áreas cicatriciales de donantes en ambos hélix y muslos, cicatriz en cuello, postraqueotomía, suponiendo un grave perjuicio estético. En la actualidad tiene reconocida una discapacidad del 71% por las anteriores secuelas, lo que supone una incapacidad permanente parcial para su trabajo habitual.

Tras las investigaciones de la Policía, José, Alberto, Manuel y Marta fueron detenidos, quedando Manuel en situación de prisión provisional desde el 28 de noviembre de 2014, al resto de los detenidos le fue decretada la libertad provisional.

En marzo de 2017, se celebró juicio oral y público ante la Audiencia Provincial de Valencia, que concluyó con sentencia condenatoria para todos los imputados.

En abril de 2017, se presenta recurso de casación por parte de los condenados Manuel y Marta, que no fue admitido mediante auto por la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo.

Se persona la acusación particular con el objeto de que los imputados sean condenados por el delito de lesiones.

Dada la confesión de dos de los complices del delito de lesiones se pudo condenar al autor e inductora de este caso. Centrandose en un movil pasional se pudo demostrar que el testimonio de los acusados y las pesquisas policiales referentes  a los datos telefonicos de los moviles del autor e inductora eran veraces. Obtuviendo un fallo condenatorio con agravante de precio y atenuante analógica de confesión, por un delito de lesiones.