Doña Elena decide interponer demanda de despido nulo y subsidiariamente improcedente. Ha prestado sus servicios por cuenta ajena en un Hotel con la categoría de Auxiliar de Recepción, a tiempo completo e indefinido y con una retribución bruta por mes de 1.691, 06 €.

Con fecha 9 de noviembre de 2016 le comunican que ha incurrido en varias faltas muy graves provocadas por su comportamiento hacia la empresa por sus repetidas faltas de respeto, malas contestaciones, dejadez profesional y la desinformación hacia ellos, como también al incumplir con las órdenes directas dadas por la empresa.

Por todo lo anteriormente expuesto, se hace saber que la empresa lo sanciona con el Despido Disciplinario. La carta de despido hace una mención genérica del Acuerdo laboral de ámbito estatal para el sector de la Hostelería sin especificar dentro de las faltas muy graves a que apartados se refieren las conductas imputadas.

El verdadero motivo del despido de Doña Elena es la interposición de una denuncia ante la Inspección de Trabajo y que se encuentra en situación de baja médica. Este hecho producido ha molestado a la empresa y a partir de su denuncia, comienzan una serie de irregularidades sancionadoras continuas y falsas hasta su despido por el que presenta la correspondiente demanda.  

El cliente es Doña Elena y la finalidad principal consiste en obtener una sentencia por medio de la cual se declare nulo y subsidiariamente improcedente el despido.

La estrategia del abogado residirá en que se declare despido nulo con el abono de los salarios de tramitación desde la fecha del despido hasta su readmisión y la obtención de una indemnización por despido improcedente.