En fecha de 21 de septiembre de 2010, la entidad bancaria formalizó con Dña. Luisa y D. Daniel una póliza de préstamos personal por un importe de 10.851,90 euros.

Dicho contrato se formalizó en póliza mercantil, que fue intervenida por la Fedataria Pública Dña. Luz de la ciudad de Santander.

Habiendo llegado el vencimiento del plazo pactado sin que por parte de los prestatarios se haya dado cumplimiento íntegro a sus oligaciones de pago con fecha 18 de abril de 2016, la entidad bancaria procedió al cierre y liquidación de la cuenta en la forma convenida en la póliza, arrojando la cuenta a la expresada fecha de liquidación un saldo a favor de la entidad de 4.740,83 euros.

El objetivo del cliente se centra en la reclamación de 4.740,83 euros en concepto de principal, más 1.420 euros, como cálculo de los intereses correspondientes desde la fecha de cierre de la cuenta hasta la fecha del total. Y una vez cumplido el pago, más los gastos y costas causados, mandar despachar ejecución contra los bienes de los demandados con requerimiento de pago inmediato, y en caso de no efectuarse, que se proceda al embargo de sus bienes en cantidad suficiente para cubrir sus responsabilidades. Y en su día, se mande seguir adelante la ejecución en vía de apremio.

La estrategia del abogado se basa en la demanda en la que anexa el testimonio notarial con fuerza ejecutiva de la póliza y la certificación de cierre de cuenta expedida por el banco e intervenida por el notario, que son algunos de los pilares que sustentan las pretensiones de su mandante.