Don Tomás llegó a la localidad de Marchagaz sin medios de subsistencia alguno, donde fue acogido por los padres de Doña Manuela, que se hacen cargo del mismo en su domicilio, alimentandole y dandole dinero para sus gastos; Tomás les ayudaba en el campo y en la casa; al morir los padres de Mnuela, Tomás sigue acogido por la misma, en las mismas condiciones y ayudando igualmente Tomás en las labores caseras y en cuidar los cerdos de Manuela.

A fin de acabar con la situación de indocumentación de Tomás, Manuela logra que tenga carnet de identidad y le gestiona una pensión no contributiva de jubilación, que se concede en mayo de 1993, para su cobro abren Tomás y Manuela una cuenta corriente en la entidad x y posteriormente el 21 de marzo de 1995, Tomás abre una cuenta, cancelando la anterior en otra entidad bancaria, figurando Tomás como titular y Manuela como autorizada, ambos se personan en la entidad para ir cobrando la pensión, Manuela se encargaba de administrar ese dinero dándole lo necesario para sus gastos, le vestía y daba de comer; así discurrieron las cosas desde 1995 hasta el 26 de julio de 1997, fecha en que Angel, hermano de la madre de Tomás, se desplaza a Marchagaz y se lleva a Tomás a Cuenca; en el mes de enero de 1998, la Junta le abono la última cantidad mensual de la pensión no contributiva.

En el mes de septiembre de 1993 en la entidad bancaria, de la cuenta de Tomás, se efectuó un reitegro de 200.000 pts, sin que se haya podido determinar  de quien es la firma que figura en el documento, pues Tomás no sabe leer, escribir ni firmar, estampaba el dedo en los impresos bancarios.

El cliente es Don Tomás y su objetivo es que condenen a Doña Manuela por un delito de apropiación indebida.

La estrategia del abogado es acudir a la segunda instancia y motivar que ha habido un quebrantemiento de forma y una infracción de Ley en el pronunciamiento de la sentencia de la Audiencia Provincial.