Doña Manuela tiene 55 años de edad, es viuda y tiene serios problemas de visión, teniendo reconocida una minusvalía del 65 por ciento. Su formación es básica y sus conocimientos en materia financiera son nulos.

Doña Manuela ha mantenido una cuenta abierta y sus ahorros en la entidad financiera "X" desde hace 15 años, de los cuales 10 fueron en una misma sucursal de dicha entidad, que conllevó a que mantuviera una relación de mucha confianza con el personal.

La directora de la sucursal, Doña Sonia, ofreció a Doña Manuela la posibilidad de depositar sus ahorros en un producto muy bueno y muy seguro de la entidad financiera "X", del cual apenas recibió información, procediendo a depositar en 2001 parte de sus ahorros en dicho producto, por un importe de 10.000 euros, pero no tiene constancia de haber firmado ninguno documento. Posteriormente, en 2003,  Doña Manuela depositó 21.000 euros, ascendiendo a un total de 33.000 euros en participaciones preferentes de la entidad financiera "X"

• Declarar la nulidad de la orden de suscripción de participaciones preferentes de la entidad financiera "X" por importe de 12.000 euros, efectuada supuestamente en 2001 y de la orden de suscripción de obligaciones subordinadas efectuada en 2003, por importe de 21.000 euros.
• Que se condene a la entidad financiera "X" a restituir a Doña Manuela el importe de 33.000 euros y a pagar los intereses legales correspondientes.

En la demanda, el abogado aporta una serie de documentos y da una serie de argumentos con el fin de conseguir el objetivo que persigue su cliente.