El supuesto trata de un ataque por parte del perro Toby a una conocida de su dueña. La situación se dio cuando Doña María, la víctima, acompañaba a Doña Ana y Doña Laura, familiares de la dueña del perro, a una nave industrial. Cuando llegaron al lugar entraron las tres y el perro se encontraba suelto, y cuando Doña María fue a coger una caja de la nave industrial el perro le atacó mordiendole en el rostro causandole graves heridas. La Dueña del perro ofreció una cantidad dineraria a Doña María pero ella se negó a aceptarla y quiso presentar una denuncia para que se tomasen represalias con el animal.

Doña María quiere con su denuncia que le sean abonados la indemnización por daños y perjuicios, dado que ha sufrido graves lesiones faciales y, además, le han despedido de su trabajo de camarera por tener la cara desfigurada. A la par, quiere que se tomen represalias contra el animal declarandolo agresivo y peligroso.

La estrategia del abogado se estructura para conseguir una indemnización por daños y perjuicios por las lesiones que ha sufrido la cliente y consiste en acreditar que el animal era verdaderamente peligroso, dadas su características físicas y el hecho de que agrediese a su cliente en el rostro y no en otra parte del cuerpo. Además, las personas que acompañaban a María y responsables del perro afirman que se le dijo que no entrase en la nave, dado que estaba el perro suelto, cosa que la agredida niega.