Badajoz, 23-03-2009

El 23 de marzo de 2009, sobre la 03:00 horas, ante la llamada de una persona que decía estar sufriendo un episodio de violencia doméstica, dos parejas de agentes de policías se personaron en la vivienda del matrimonio formado por Dña. Sandra y D. Ramón.

Al llegar al domicilio, Dña. Sandra manifiesta que lleva varios años sufriendo malos tratos psicológicos de D. Ramón, informando además, que esa noche su marido, tras señalarle su intención de separarse, le había agarrado violentamente de las piernas, a la altura de la ingles.

Ese mismo día, tras ser asistida en el centro médico de urgencias, donde manifestó estar en tratamiento con antidepresivos y ansiolíticos, presentó la oportuna denuncia en la comisaría de policía, relatando episodios anteriores de violencia por parte de su marido.

Ante esta situación, y tras la celebración de la oportuna audiencia prevista en el artículo 544 ter de la LECRIM, en la que Dña. Sandra se opone a que se dicte una Orden de Protección al no tener miedo de su marido, por el Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Badajoz, se dictó la dicha Orden de Protección, en la que se prohíbe a D. Ramón comunicarse con su esposa y acercarse a ella.

Resulta importante constatar que Dña. Sandra, tras la entrada en vigor de dicha orden, se personó en la sede del Juzgado, mostrando su disconformidad con ésta, ya que como ella relató, todo había sido invención suya debido a su fuerte depresión y a la mezcla de los medicamentos con alcohol.

El cliente es D. Ramón, y su objetivo es dejar sin efecto la orden de protección, dado que refiere que todo lo sucedido es invención de Dª. Sandra, quien está pasando por una fuerte depresión, manifestando asimismo, que su esposa no desea el establecimiento de dicha orden.

La estrategia principal del abogado se basa en recurrir en apelación la orden de protección, alegando para ello el deseo de la esposa de seguir conviviendo con su marido, tal y como la misma manifestó en sede judicial.