El cliente del despacho de abogados, Don J. contrató con una entidad bancaria una tarjeta de tipo revolving, que consiste en un tipo de tarjeta de crédito con una determinada cantidad de dinero disponible para ella, pero con la obligación del pago de una serie de cuotas de amortización mensuales sometidas a determinados tipos de interés

El problema vino cuando, a tenor de los recibos que el cliente presenta al despacho de abogados, los intereses devengados a través de las cuotas de amortización se mostraron completamente usureros. En concreto, algunos incluso superaban el 80 % de interés, vulnerando claramente la ley contra la usura.

El cliente, a la fecha de interposición de la demanda, ha abonado un total de 16.158,38 € en concepto de cuotas de amortización, llegando a pagar un mes 9000 €, generando unos beneficios abismales para la empresa. En total, le faltam por amortizar 5000 €.

Dichos intereses exorbitantes proceden de una serie de cláusulas que incluye el contrato y que la entidad de crédito, a ojos de Don J., incluyó premeditadamente y sin su conocimiento para poder cobrar una cantidad económica muy alta en relación con el montante prestado en su momento. Al ver los derechos de su cliente seriamente vulnerados no queda más remedio que acudir a los tribunales.

El cliente pretende devolver el préstamo a la entidad bancaria pero de un modo justo.

Interponer una demanda por contener el contrato de préstamo cláusulas abusivas que vulneran los derechos de su cliente. El objetivo es que se declaren nulas y sea reembolsada a Don J. la cantidad pagada en concepto de dichas cláusulas.