El día 24 de abril de 2015, Don Alfredo suscribió un contrato de compraventa cuyo objeto lo conformaba la que iba a ser su vivienda habitual. Ese mismo día, otorgó escritura pública de préstamo hipotecario con la entidad financiera Banco S.A.  En la referida escritura, en concreto en su cláusula quinta, se indicaba que serían a cargo del prestatario los siguientes gastos: gastos de tasación, aranceles notariales y registrales, gastos de registros, gastos de honorarios en caso de reclamación extrajudicial, etc. 

Como consecuencia de dicha cláusula, Don Alfredo asumió de forma indiscriminada todos los gastos derivados de la formalización de la hipoteca, ascendiendo dichas cantidades a 2.088,27€.

El objetivo del cliente es el siguiente:

1. Que se declare la nulidad de la cláusula que impone todos los gastos de constitución al prestatario.

2. Que la entidad demandada le indemnice con las cantidades de los gastos indebidamente asumidos más los intereses correspondientes desde la presentación de la reclmación extrajudicial.

La estrategia del abogado irá destinada a demostrar los siguientes puntos:

1. Ausencia de negociación de la cláusula impugnada que ha sido incorporada de manera generalizada por la entidad bancaria demandada en sus contratos de préstamo hipotecario, al cumplirse las circunstancias de predisposición, imposición y destino a una pluralidad de contratos.

2. Transgresión del principio de buena fe contractual al ocasionar en detrimento del cliente un desequilibrio de las obligaciones contractuales injustificado y favorable para una sola de las partes.

3. Que Don Alfredo concertó el préstamo para la adquisición de su vivienda habitual, en concepto de consumidor, por lo que actúa fuera del ámbito propio de su actividad profesional.

4. Que se trata de una cláusula abusiva al imponer de manera indiscriminada todos los gastos del préstamo hipotecario únicamente sobre una de las partes.