El caso trata sobre la solicitud de usucapión extraordinaria de unas fincas por parte de Doña Pepita y su difunto esposo, Don Laureano. Han poseído las fincas como dueños de manera pública, pacífica e ininterrumpida durante 47 años. Tras el fallecimiento de Don Paco, titular registral de las fincas y sin herederos conocidos, se argumenta que la acción de petición de herencia está prescrita. Aunque se mencionan posibles herederos colaterales, no hay constancia de aceptación de la herencia por parte de ninguno de ellos. Se detallan los elementos de la posesión de las fincas por parte de Doña Pepita, incluyendo la posesión pacífica, pública y como dueña durante más de 30 años, respaldada por contratos de arrendamiento y comprobantes de pago de impuestos. Se argumenta legalmente que se cumplen todos los requisitos para la usucapión extraordinaria, incluyendo la posesión prolongada y la buena fe de los poseedores, aunque se aclara que la buena fe no es un requisito indispensable para este tipo de usucapión.

El objetivo del cliente es obtener el reconocimiento legal de la propiedad de las fincas mediante la usucapión extraordinaria. Esto implica que el cliente busca que el tribunal declare que, debido a su posesión continua y pacífica de las fincas durante más de 30 años, adquirió legalmente la propiedad de las mismas, a pesar de la falta de un título formal de propiedad.

La estrategia de la abogada consiste en presentar un caso sólido basado en la jurisprudencia y los requisitos legales para la usucapión extraordinaria. Para ello, la abogada utiliza evidencia documental, como certificados de defunción y contratos de arrendamiento, para respaldar la posesión continua y pacífica de las fincas por parte del cliente y su difunto esposo.