La madrugada del 15 de agosto de 2009  Don Iván se acercó a un grupo de jóvenes en una céntrica plaza de Barcelona para ofrecer la venta de sustancias estupefacientes con escaso éxito. Tras varios intentos similares, finalmente cerró un acuerdo con una joven turista con la que intercambió una bolsa que contenía marihuana por veinte euros.

Observando el intercambio, dos agentes de policía que realizaban tareas de vigilancia vestidos de paisano se acercaron e identificaron el contenido de la bolsa como una sustancia que parecía ser marihuana, localizando al cachear a Don Iván otras 9 bolsas similares conteniendo la misma sustancia estupefaciente.

El cliente es Don Iván, y desea ser absuelto, o que le sea impuesta la menor pena posible.

La estrategia del abogado se centra en lograr la máxima reducción de la pena aceptando la conformidad para que se aplique la reducción de un tercio de la pena.