Barcelona, 02-02-2004

Don Pedro inició baja médica derivada de enfermedad común, en fecha 2 de febrero de 2004. Ese mismo día fue evaluado por el Instituto Catalán de Evaluaciones Médicas, en adelante (ICAM), determinando la doctora de turno que le atendió, que dicha incapacidad temporal provenía de accidente de trabajo y no de enfermedad común.

El cuadro médico que padece don Pedro es el siguiente: artrosis postraumática de tobillo derecho, a consecuencia de una fractura en el tibio peroneo astragalina, que requirió osteosíntesis con aporte de injertos cortico esponjosos. Por tanto, don Pedro solicitó ser tributario de la calificación de invalidez permanente en grado de absoluta, derivada de accidente de trabajo.

Sin embargo, el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) resolvió, en junio de 2005, que a don Pedro le correspondía ser declarado en incapacidad permanente en grado total, derivado de enfermedad común, con efectos de 8 de abril de 2005.

El cliente es don Pedro y su objetivo es que se le declare en situación de invalidez permanente en grado de absoluta, derivada de accidente de trabajo, con derecho a percibir una pensión inicial correspondiente al 100% de la base reguladora, más las revalorizaciones que procedan.

La estrategia del abogado se basa en demostrar que según los facultativos que han atendido a don Pedro, éstos determinan que las lesiones que padece le impiden realizar cualquier tipo de trabajo y, que además, la doctora que le atendió en el ICAM determinó que la invalidez provenía de un accidente de laboral.