En la noche del 3 de octubre la Guardia Civil recibe una llamada de una mujer llamada Doña A. solicitando ayuda policial ya que ha accedido al domicilio de Don S., sobre el que pesa una orden de alejamiento de Doña A. y la está vulnerando, además de, en palabras de la víctima, haber sufrido una agresión física. Tras la llamada, se personan en el lugar dos agentes de la Guardia Civil, donde se encuentran ambos.

Los agentes de la Guardia Civil constatan que Don S. se encuentra en el domicilio de Doña A. a pesar de que sobre el recae una orden de alejamiento de 300 metros. Además, Don S. se encuentra en manifiesto estado de embriaguez y en una actitud violenta, por lo que tiene que ser reducido por los agentes y posteriormente detenido.

En la madrugada del 4 de octubre de 2021 Doña A., en las dependencias policiales de su localidad, interpone una denuncia contra Don S. alegando que accedió a mantener una conversación con su agresor, pero que esté la agarró del brazo para subir a su domicilio, amenazandola de muerte si no cumplía sus instrucciones. Que una vecina los vio y preguntó a la víctima si llamaba a la policía, lo que Doña A. accedió a través de un gesto velado. La Guardia Civil acredita que la víctima sufría abrasiones en el cuello y en el brazo en el momento de la detención de Don S.

La denuciante desea ser protegida de Don S., su expareja, que quiere hacerla daño.

Ejercer como acusación en el juicio penal y plantear las pruebas de los delitos de vulneración de medidas cautelares y de protección y de violencia doméstica.